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| - Los servicios de reanimación deben organizar de forma minuciosa la prevención de infecciones en sus enfermos, ya que éstos suelen estar inmunodeprimidos, están sometidos a múltiples procedimientos invasivos realizados por un personal sanitario variado, a menudo en situaciones de urgencia y a cualquier hora del día o de la noche. Las principales infecciones que hay que tratar de prevenir son las neumonías bacterianas adquiridas asociadas a ventilación mecánica (NAVM), las infecciones relacionadas con catéteres intravasculares y las infecciones urinarias asociadas al sondeo vesical. La incidencia de estas infecciones ha disminuido en la mayoría de los servicios que realizan un control cifrado, sobre todo gracias a la implantación de programas de mejora de la calidad. Las técnicas de prevención son múltiples y deben aplicarse simultáneamente. Incluyen medidas globales, como las modalidades de prevención de la transmisión cruzada (higiene de las manos, sobre todo) o de uso de antibióticos, concebidas para reducir la presión de selección de bacterias resistentes a éstos, así como medidas específicas relativas a la colocación y uso de cada uno de los dispositivos invasivos. Numerosas técnicas han demostrado su eficacia en estudios de buen nivel metodológico (higiene de las manos, apósitos para catéteres, etc.), mientras que otras siguen siendo objeto de controversias, por lo que las recomendaciones nacionales e internacionales se actualizan regularmente de acuerdo con los nuevos datos científicos. Estas medidas, implantadas de manera razonada en el marco de programas de mejora de la calidad, permiten obtener tasas muy bajas de infecciones relacionadas con el uso de catéteres vasculares y resultados menos satisfactorios con las NAVM, que justifican la necesidad de proseguir la investigación en este campo.
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